El comercio electrónico ha transformado radicalmente el panorama para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), especialmente desde el surgimiento de la pandemia en 2020. Lo que antes era un canal secundario se ha convertido en crucial para la supervivencia y el crecimiento de estos negocios. Desde productos esenciales hasta artículos de ocio, todo se comercializa en línea, reflejando un cambio fundamental en los hábitos de consumo.
La frase “si no estás en internet no existes” ya no es una observación superficial, sino una estrategia imperativa. Tener presencia digital es ahora esencial para alcanzar nuevos mercados y satisfacer las expectativas de los consumidores modernos.
Según el Barómetro GS1 de 2023, seis de cada diez PyMEs venden sus productos a través de marketplaces, lo que no solo amplía su alcance sino que también les permite adaptarse rápidamente a las tendencias del mercado. Marketplaces como Amazon, Mercado Libre y Walmart se han vuelto fundamentales, con eventos como el Prime Day de Amazon marcando picos significativos en las ventas para las PyMEs participantes.
Además de reducir costos operativos, el comercio electrónico facilita a las PyMEs la competencia a escala global, aprovechando plataformas accesibles las 24 horas del día. En México, las PyMEs representan el 99.8% de las empresas y contribuyen en un 52% al Producto Interno Bruto nacional, destacando su importancia económica.
Impulsar la participación de las PyMEs en el comercio electrónico no solo fortalece la economía, sino que también fomenta la innovación y el desarrollo empresarial. Este sector no solo está adoptando nuevas tecnologías, sino que también está redefiniendo cómo se conectan con los consumidores en un entorno digitalmente convergente.
